Hestoria1

Los Pueblos De Asturias En La Edad Del Hierro

Orfebrería y Objetos De Adorno

En un País tan abundante en oro como lo fué Asturias, en la Edad del Hierro tuvo que haber necesariamente un gremio de orfebres especialistas en su transformación y elaboración, lo que puede apreciarse en los restos que han llegado a nosotros. Las técnicas que muestran estas piezas van desde el estampillado en lámina de oro y la fundición a la cera perdida hasta las más evolucionadas de la filigrana.

Esta orfebrería ástur tiene tres tipos básicos de piezas: Las placas estampilladas, que irían sobre un soporte de otro material (cuero, por ejemplo) y que son interpretadas bien como diademas bien como placas para la cintura; de este tipo hay algunas verdaderamente sobresalientes, como la de Cangues d'Onís, la de A Veiga y la de Moñes (Piloña), dividida en trozos. Los torques son otro género de piezas, collares rígidos rematados en doble escocia, distinción de la nobleza y de los grandes guerreros, destacando los llamados de Cangues d'Onís, el de Llangréu, el de Valentín de Cuaña y el de Tinéu, que fue fundido en la guerra civil, pero que conocemos por una fotografía. A las placas y torques tendríamos que añadir toda una serie de producciones que representan un tipo en sí mismas: broches, pulseras, colgantes, amuletos, discos, arracadas... que nos remiten a la existencia de unas élites principescas que van más allá de la organización gentilicia y que, aún, no podemos definir.

En bronce también se trabajaban piezas funcionales y de ornato personal, especialmente las fíbulas o prendedores para la vestimenta, y de las que tenemos varias tipologías: de torrecilla, de caballito, simétricas, anulares, etc.; además de otras como hebillas, enganches, e incluso torques.

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